Perú frente a la guerra comercial global: aranceles, desafíos y estrategias de adaptación
Por Dr. Alonso Gómez Sánchez - 8 de mayo, 2025I. Antecedentes
En abril de 2025, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, desató una tormenta en el comercio internacional al imponer un arancel base del 10% a las importaciones provenientes de casi todos los países del mundo, incluyendo el Perú[1]. Esta medida no solo desafió décadas de apertura comercial a nivel internacional[2], sino que también reconfiguró las reglas del juego para economías emergentes y exportadores tradicionales, como es el caso de Perú. Al respecto, cabe preguntarnos: ¿qué hay detrás de esta decisión? y ¿cómo impacta en la economía peruana y en la vida cotidiana de sus ciudadanos?
II. ¿Qué son los aranceles y por qué Trump los usa como arma?
Los aranceles son impuestos que un país cobra a las mercancías importadas[3]. Tradicionalmente, se han utilizado como mecanismos de protección de las industrias nacionales, recaudación de ingresos o como herramienta de presión diplomática. Sin embargo, la tendencia global obligó a los países a ir reduciendo los aranceles de forma progresiva para fomentar el libre comercio y la integración económica.
No obstante esta tendencia, en su segundo mandato, Trump pretende revertir esta predisposición, con el argumento de que Estados Unidos ha sido víctima de prácticas comerciales desleales y que los aranceles son necesarios para defender la industria y los empleos estadounidenses[4]. En palabras del propio Trump: “Nuestros contribuyentes han sido estafados durante más de 50 años, pero no volverá a suceder”[5]. Bajo esta lógica, la imposición de aranceles no es solo un escudo económico para Estados Unidos, sino también representa un arma de negociación y presión política como se ha visto reflejada durante estas últimas semanas.
III. El nuevo arancel universal y la guerra comercial
A partir del 5 de abril de 2025, entró en vigor un arancel base del 10% sobre todas las importaciones a Estados Unidos, afectando a más de 180 países, entre ellos el Perú. Para ciertas economías como China, la Unión Europea, India y Suiza, se aplicaron tasas aún mayores, llegando hasta el 145% en el caso chino[6]. Además, productos estratégicos como el acero, aluminio y automóviles enfrentan aranceles específicos de hasta el 25%.
La magnitud de estas medidas ha generado una ola de respuestas por parte de China, Canadá y la Unión Europea, quienes, en su momento, anunciaron contra aranceles en respuesta a la decisión unilateral de Estados Unidos, mientras que otros países buscan negociar exenciones o acuerdos bilaterales para evitar mayores daños.
IV. El costo oculto de los aranceles: ¿quién los paga realmente?
Aunque los aranceles suelen presentarse como una forma de proteger la industria nacional, su impacto real puede ser mucho más complejo y, en muchos casos, perjudicial para la economía en general, incluyendo a consumidores y productores.
Cuando un país impone un arancel, está gravando las mercancías importadas con un impuesto adicional, lo que encarece esos bienes para los consumidores nacionales. En la práctica, este impuesto no lo pagan los exportadores extranjeros, sino los consumidores y las empresas importadoras, quienes trasladan ese costo a los precios finales. De esta forma, los consumidores terminan pagando más por productos que antes podían (y solían) adquirir a menor precio.
Este mecanismo puede llegar a generar una redistribución de ingresos: los consumidores nacionales pagan más, mientras que los productores locales reciben un beneficio artificial al estar protegidos de la competencia extranjera. Sin embargo, esta protección tiene un costo en términos de eficiencia económica, pues, al encarecer productos importados eficientes, se reduce su consumo, y al proteger industrias nacionales menos eficientes, se fomenta su expansión, lo que puede traducirse en menor innovación, menor productividad y un crecimiento económico más lento.
Además, los aranceles generalizados-como los impuestos universales asignados por Estados Unidos- alteran la lógica de la especialización internacional, que es el pilar del comercio global. Al incentivar la producción interna de bienes que podrían fabricarse de manera más eficiente en otros países, se elevan los costos, se reduce la variedad y, en muchos casos, también la calidad de los productos disponibles para los consumidores.
Un dato importante para Perú es que cerca de la mitad de las importaciones provenientes de Estados Unidos corresponden a bienes de capital e insumos intermedios, que las empresas utilizan para producir[7]. Al encarecerse estos insumos, los aranceles elevan los costos de producción en Estados Unidos, afectando indirectamente a la economía global y a países exportadores como Perú.
Los aranceles actúan como un impuesto oculto que encarece productos, reducen la competencia, distorsionan mercados y pueden dañar tanto a consumidores como a productores, poniendo en riesgo la eficiencia y el crecimiento económico.
V. El impacto directo en el Perú: ¿qué está en juego?
El Perú, pese a su Tratado de Libre Comercio (TLC) con Estados Unidos, no ha quedado exento. Desde el 5 de abril, todas las mercancías que ingresan al mercado estadounidense enfrentan un arancel del 10%. Esto afecta a exportaciones valorizadas en millones de dólares anuales, incluyendo productos emblemáticos como espárragos, arándanos, uvas, manufactura y minerales.
Los productos peruanos serán más caros para los consumidores estadounidenses, lo que podría reducir la demanda y afectar el volumen de exportaciones. Las empresas exportadoras peruanas enfrentarán márgenes de ganancia más estrechos y podrían perder competitividad frente a otros proveedores.
El impacto podría sentirse especialmente en regiones agrícolas y mineras, donde el empleo y la economía local dependen de las ventas al exterior. De esta forma, la nueva política arancelaria podría ralentizar el crecimiento de las exportaciones y obligar a buscar nuevos mercados o renegociar condiciones comerciales.
Para el consumidor peruano, esto podría traducirse en:
- Menor demanda de productos peruanos en el exterior, afectando el empleo y la inversión local.
- Posibles aumentos en el precio de mercancías importadas, en caso otros países respondan con sus propios aranceles.
- Un entorno de mayor incertidumbre para las empresas exportadoras, que deberán adaptarse a un mundo menos predecible y más proteccionista.
VI. ¿Oportunidad o amenaza para el Perú?
Aunque el panorama es desafiante, algunos analistas ven una oportunidad para que Perú diversifique sus mercados de exportación y fortalezca su industria local. En este contexto, un instrumento clave que puede ayudar a mitigar el impacto de los aranceles y mejorar la competitividad de las exportaciones peruanas es el régimen del drawback.
El drawback es un mecanismo aduanero que permite a las empresas exportadoras peruanas recuperar un porcentaje de los derechos arancelarios pagados por la importación de insumos que se incorporan o consumen en la producción de bienes exportados. En Perú, esta tasa de restitución es actualmente del 3% sobre el valor FOB de la exportación[8].
Este régimen funciona como un incentivo para que las empresas puedan reducir sus costos y mantener su competitividad en mercados internacionales, especialmente en un contexto global donde los aranceles impuestos por Estados Unidos y otros países elevan los costos de producción y exportación.
Sin embargo, para maximizar sus beneficios, es necesario que el drawback sea accesible, ágil y transparente, minimizando los costos administrativos y burocráticos que enfrentan las empresas para acceder a este régimen[9]. Además, debe ser parte de una política comercial integral que incluya la promoción de nuevos mercados y el fortalecimiento de la capacidad exportadora nacional.
De esta forma, el drawback representa una oportunidad concreta para que el Perú mitigue los efectos negativos de la guerra comercial global y mantenga la competitividad de sus exportaciones en un entorno cada vez más complejo y proteccionista.
VII. Conclusión: Perú ante el nuevo orden comercial
Los aranceles impuestos por Estados Unidos representan mucho más que una disputa bilateral; es un cambio de paradigma que desafía la globalización y obliga a países como Perú a repensar su estrategia comercial y productiva.
Estos aranceles no solo encarecen las exportaciones peruanas hacia el mercado estadounidense, sino que también afectan indirectamente a la economía nacional a través del aumento de costos en la producción estadounidense, la reducción de la demanda externa y la interrupción de las cadenas globales de valor. Este escenario genera incertidumbre y volatilidad que pueden ralentizar el crecimiento económico peruano y presionar sectores clave como la agroindustria, la minería y la manufactura.
Un instrumento clave para mitigar el impacto de estas barreras comerciales puede ser el régimen del drawback. Fomentar su implementación eficiente y accesible puede reducir costos, mejorar la competitividad y facilitar la formalización empresarial, contribuyendo a que Perú mantenga su posición en el comercio internacional a pesar del entorno proteccionista.
El reto será adaptarse con agilidad, proteger los sectores más vulnerables y buscar nuevas oportunidades en un entorno cada vez más competitivo y volátil. En este escenario, la resiliencia y la capacidad de negociación serán claves para que Perú encuentre su lugar en el nuevo orden comercial del siglo XXI.
_______________________________________
[1] Mediante la Orden Ejecutiva No. 14257, del 2 de abril de 2025.
[2] BBC News Mundo, “Los aranceles de Trump son el mayor cambio en el comercio global en 100 años y una guerra comercial mundial parece inevitable” Recuperado de: https://www.bbc.com/mundo/articles/c1wdj4x1j92o
[3] En el caso de Perú, de acuerdo con el artículo 74 de la Constitución Política, los aranceles se regulan mediante decreto supremo.
[4] BBC News Mundo, “Qué son los aranceles y por qué los está usando Trump” Recuperado de: https://www.bbc.com/mundo/articles/cd9ln7p5kxxo
[5] Traducción simple de las declaraciones de Donald Trump anunciadas en el Día de la Liberación (2 de abril de 2025).
[6] Mediante la Orden Ejecutiva No. 14266, del 9 de abril de 2025. Cabe señalar que el arancel total del 145% aplicado por Estados Unidos a ciertas importaciones provenientes de China está compuesto por un arancel inicial del 20%, impuesto en febrero de 2025, a mercancías vinculadas al tráfico de fentanilo, y un incremento adicional del 125% anunciado en abril del mismo año como represalia comercial. Estas medidas no abarcan todas las mercancías chinas, sino que se aplican a un conjunto específico de mercancías definidas por la normativa vigente.
[7] Información extraída de: https://www.acuerdoscomerciales.gob.pe/En_Vigencia/EEUU/Preguntas_Frecuentes.html y https://www.comexperu.org.pe/articulo/intercambio-comercial-entre-el-peru-y-ee-uu-sumaria-mas-de-us-19200-millones-en-2024
[8] Tasa modificada mediante el Decreto Supremo No. 282-2016-EF.
[9] Jorge F. Chavez, Antonio Custado y Max Pérez León. El impacto del drawback sobre el desempeño de empresas exportadoras peruanas, 26 de noviembre de 2018. Recuperado de: https://cies.org.pe/wp-content/uploads/2019/02/El-Impacto-del-Drawback-sobre-el-Desempeno-de-Empresas-Exportadoras-Peruanas.pdf